La hora del baño es una de las experiencias más agradables del cuidado diario de un bebé. Un momento en el que se estrechan los lazos con los padres, y que influye tanto en su bienestar como en el estado de la piel del pequeño.

Por eso, es natural que los padres primerizos, y también quienes tengan cierta experiencia en este ámbito, quieran saber cómo bañar a un recién nacido, y que surjan algunas dudas al respecto porque el objetivo es disfrutar de la rutina, teniendo en cuenta que la piel de un bebé es diferente de la de un adulto.

En este artículo veremos algunas cuestiones relacionadas con el baño de tu bebé, como los productos, la temperatura e incluso la frecuencia recomendada, para que el cuidado sea una experiencia muy agradable.

¿Cuáles son los cuidados de un recién nacido?

Los expertos no se ponen de acuerdo en cuándo comenzar a bañar a un bebé. Algunos dicen que es recomendable desde el primer día, incluso antes de que el cordón umbilical se haya caído, mientras que otros apuestan por no hacerlo hasta que la cicatriz no se haya formado por completo.

En lo que sí hay consenso es en asegurarte de que la herida del cordón no se humedezca demasiado, por lo que es muy importante tener cuidado mientras se forma la cicatriz del ombligo.

Pero sigamos hablando de cómo bañar a un bebé, respondiendo a todas las preguntas.

¿Cuáles son los cuidados de un recién nacido?

Asegúrate de tener preparados todos los elementos para el baño de tu bebé:
  • Bañera. Lo más importante es que se ajuste al cuerpo del bebé y le puedas bañar con seguridad, sin usar demasiada agua.
  • Jabón neutro. Elige Gel-champú Baby, formulado específicamente para la piel del recién nacido.
  • Esponja, mejor si es una esponja natural.
  • Aceite o loción hidratante. Su uso es fundamental para tratar la piel, recomendamos Loción Baby.
  • Toalla o albornoz. Escoge una de algodón, para secar muy bien todo el cuerpo.
  • Un cambiador para poner los pañales y vestirlo con seguridad.
  • Termómetro. Te resultará imprescindible para saber la temperatura a la que está el agua del baño.
  • Colonia sin alcohol Nuestra colonia Baby sin alcohol te resultará Imprescindible para que la piel de tu recién nacido no se reseque.
  • Pañales y toallitas limpiadoras. Lo normal es limpiar las áreas que cubre el pañal con toallitas específicas para evitar irritaciones.

Limpieza y cuidado del bebé

Es muy importante tener en cuenta que la piel es muy delicada, y es bastante habitual la piel atópica en bebés, por lo que se debe realizar la limpieza con mucho cuidado. Pon al recién nacido en la bañera con el agua a una temperatura adecuada, y pasa la esponja húmeda con suavidad por todo el cuerpecito, asegurándote de que no está ni muy mojada ni demasiado seca. Sumerge la esponja tantas veces como haga falta y usa un jabón muy suave como Gel-champú Baby Denenes, que puedes añadir al agua del baño.

Especial cuidado al secado del recién nacido

Uno de los momentos críticos del baño del recién nacido es el secado, que tiene mucho que ver con el cuidado de su piel. Es muy importante asegurarte de que las áreas del pañal y el cordón umbilical estén bien secas, por lo que debes incidir en ellas con una toalla suave de algodón, pasándola con suavidad para no irritar la piel. Una vez seca, aplica una crema hidratante específica para el tipo de piel del bebé, que ayudará a mejorar su elasticidad y la mantendrá protegida. Te recomendamos la loción hidratante Denenes, que además le ayudará a relajarse después del baño.

¿Cuándo debemos bañar a un recién nacido?

Existe una creencia que indica que la hora del baño debe dejarse para los últimos momentos del día, como una rutina previa a llevarlo a dormir. De hecho, en España suele ser esta la hora que los progenitores escogen porque a menudo los abuelos les han dicho que debe ser así.

Sin embargo, los bebés recién nacidos pasan casi todo el día durmiendo, de modo que no es del todo necesario esperar a este momento.

Lo que sí es importante es mantener una rutina para el baño adecuada, siguiendo siempre los mismos movimientos y horario. Es decir, que no es tan relevante bañar al bebé por la tarde o al anochecer como hacerlo siempre a la misma hora para que se acostumbre. Procura también que sea cuando el bebé esté tranquilo y despierto, y así hacer del momento una experiencia lo más agradable posible para todos.

¿A qué temperatura se le debe bañar?

Como hemos comentado antes, necesitarás un termómetro para comprobar la temperatura del agua. ¿Pero cuál es la temperatura adecuada? Lo recomendable es que esté a la misma temperatura que el cuerpo del bebé, que es la misma que la de un adulto. Por tanto, el agua para el baño del recién nacido debe estar entre los 35 y los 37 ºC para considerarse adecuada, unos 38 según indica la Clínica Mayo.

En cualquier caso, es importante vigilar la temperatura del agua, así como la del espacio en el que se baña al bebé. La estancia debe mantenerse entre los 22 y los 25 grados, cerrando puertas y ventanas para evitar que haya corrientes que pudieran hacer que el pequeño coja frío.

¿Y con qué frecuencia?

Este es otro punto en el que surgen dudas acerca de cómo bañar a un recién nacido. Lo cierto es que los bebés no suelen sudar, y hasta que no empiecen a andar no se ensuciarán mucho. Por eso, bañar al bebé dos o tres veces por semana será suficiente, y el resto de días puedes hacer un mantenimiento con toallitas limpiadoras o con una esponja húmeda.

No obstante, algunos indican que, al tratarse de un ritual que estrecha los lazos afectivos, debería hacerse a diario. En cualquier caso, es importante que lo valores y decidas cuál es la frecuencia adecuada para tu recién nacido, tomando como referencia un mínimo de dos veces por semana.

Algunos consejos de seguridad para padres primerizos

Los padres primerizos son los que se encuentran más perdidos cuando toca saber cómo bañar a un bebé. Sobre todo en cuanto a hacerlo de una forma segura, por temor a que ocurra algo que le haga daño.

Si es tu primera vez, ten en cuenta estos detalles a la hora de bañar a tu pequeño:

  • Asegúrate de que la bañera está en una superficie estable y bien sujeta. Así podrás centrarte en el bebé, y no en que la bañera se está moviendo de forma peligrosa.
  • No metas al bebé en el agua hasta que no hayas comprobado la temperatura. Es algo muy importante porque unos grados por encima o por debajo de lo recomendable puede causar daño en su piel.
  • Cuidado con el jabón. Aunque los jabones para bebés son muy suaves, evita el contacto con los ojos.
  • No lo dejes solo nunca. Si por alguna razón tienes que abandonar la habitación durante el baño, envuelve a tu bebé en una toalla y llévatelo. Cuando estés de vuelta continúa con la rutina.