A partir de los 3 años, los niños viven una etapa llena de curiosidad, autonomía y ganas de explorar. Jugar se convierte en su herramienta principal para aprender sobre el mundo, desarrollar sus habilidades y fortalecer el vínculo con sus padres. En esta fase, las rutinas de cuidado también evolucionan, adaptándose a su crecimiento y nuevas necesidades.

En Denenes creemos que cada momento cotidiano puede transformarse en una oportunidad de conexión. Te compartimos ideas de actividades y pequeños rituales que acompañan su desarrollo.

1. Desarrollo motor y actividades de movimiento

A esta edad, los niños disfrutan saltando, bailando, corriendo y probando sus límites físicos. Las actividades de movimiento no solo son divertidas, sino que fortalecen su coordinación, equilibrio y confianza.

Ideas de actividades:

  • Circuitos motores en casa: almohadas para saltar, túneles improvisados, líneas en el suelo para caminar.
  • Bailes y juegos musicales: favorecen la expresión corporal y la coordinación.
  • Carreras de relevos con objetos ligeros: desarrollan su motricidad y trabajo en equipo.

2. Creatividad y expresión artística

A partir de los 3 años, los niños empiezan a expresar ideas, emociones y sensaciones mediante actividades artísticas. Esto les ayuda a potenciar su imaginación y autonomía.

Ideas de actividades:

  • Pintura con esponjas o dedos: una experiencia sensorial magnífica.
  • Plastilina casera: fortalece la motricidad fina mientras crean sus propias figuras.
  • Collages con papeles y texturas: fomenta la creatividad y la curiosidad.

3. Lenguaje, comunicación y juego simbólico

En los niños pequeños, el lenguaje y la imaginación se desarrollan rápidamente. Los peques comienzan a inventar historias, imitar roles y comprender mejor su entorno.

Ideas de actividades:

  • Cuentos participativos: deja que el niño invente partes de la historia.
  • Juego de roles: cocinitas, médicos, tiendas, muñecos… ayudan a expresar emociones.
  • Teatro con marionetas: estimula el lenguaje, la creatividad y la empatía.

4. Rutinas de higiene y cuidado

A partir de los 3 años, la piel del niño está más preparada para productos pensados para toda la familia: suaves, frescos y respetuosos.

Las rutinas de higiene diarias pueden convertirse en momentos especiales que refuercen su autonomía:

Incorporar estos gestos en su día a día ayuda a crear hábitos saludables y fortalece la conexión emocional entre padres e hijos.

Cada actividad, desde un cuento hasta la ducha, se convierte en un aprendizaje. Jugar, explorar, crear y cuidar de sí mismos les ayuda a construir su identidad y a desarrollar habilidades clave para su crecimiento.

Las rutinas, acompañadas de productos suaves como los de Denenes Original, transforman cada día en una oportunidad para compartir momentos de cariño, conexión y bienestar.

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